Marzo 2016
Mi pasión por la mejora continua me ha despertado el deseo de agregar valor al sector empresarial, con el que, desde mi profesión de consultor, día a día tengo la fortuna de interactuar.
Recuerdo cuando tuve la oportunidad de introducirme, por primera vez, en El legado de Robert. Ansioso comencé a leerlo; me sentí identificado con el personaje principal, pues no soy ajeno a sus retos ocupacionales y, mucho menos, a su interés por aportar desde la investigación al desarrollo de la actividad consultora. De hecho, constantemente me he cuestionado por la ventaja competitiva que genera el uso de metodologías de mejora empresarial, sin base investigativa.
A lo largo de mi profesión, he observado cierta desarticulación entre la investigación realizada en las universidades y las necesidades concretas de los sectores productivos. Por otra parte, desde el contexto de la consultoría tradicional, soy consciente de que la transferencia de conocimiento hacia el medio empresarial no siempre va más allá de lo “visible”, de modo que se logre llegar al origen. Por eso, no es de extrañar que las soluciones generadas resulten parciales y aisladas; en otras palabras, no siempre se evidencia proyección o impactos significativos en objetivos globales.
Precisamente, El legado de Robert invita a romper paradigmas organizacionales y guía sobre cómo puede generarse valor e impactar la industria de forma sustancial, a través de: reconocer el potencial humano, formar desde el ser, el saber y el hacer, y desarrollar métodos creativos de mejora continua, basados en la investigación, entre otros aspectos. Todo esto, palabra por palabra, frase por frase, se evidencia, se vive y se experimenta en esta gran obra. El legado de Robert es una escuela de formación que provee valiosas vivencias, que en algún momento de nuestra trayectoria, consultores/docentes, hemos experimentado.
Esta obra generó un gran impacto en mi vida: mi trabajo como consultor y docente universitario ha recobrado un plus especial, y mi dimensión personal se ha visto favorecida. Estoy convencido de que este material también aportará un sin número de reflexiones, lecciones y saberes a empresarios, académicos y estudiantes, tanto en lo profesional como en el desarrollo personal. ¡La gran aventura en el mundo de Robert, los espera!
Gracias Robert, gracias Maestro Jhon, gracias Sara por permitirme explorar su valioso mundo. Y gracias al autor por este gran aporte.
Ing. David Hernández.
Consultor empresarial y docente universitario.